La paloma negra se quiere casar
con un palomito de yereco.

Currucurú, rucucú, rucucú.

La paloma negra
de cuello violeta
se ha puesto en el moño
una gran peineta, sí.

Saltico a saltico
va por el tejado
y le guiña el ojo
a su enamorado, sí.

Se adorna la cola
con un abanico
y hasta de rosado
se ha pintado el pico.

Composição: