Queimando Campo
Vendi uma ponta de gado lá pras bandas do Itaqui
Comprei dez quadras de campo na costa do Toropi
Um atropilha de zainos pra encurtar as distancias
Que aguentam firme o tirão de recorrer as estancias
Pois três vestidos rendados que dei de presente a prenda
Já estão fora de moda vou ter que passar na venda
Já que tou com a mão na massa vou cruzar no Manuelito
Comprar aquele petiço que prometi ao piazito
Não te assusta companheiro se espicho esta patacoada
Se pra vida dou risada com a correnteza por diante
O quer está distante e eu queimo campo a vontade
Pois quem esbanja humildade nunca consegue o bastante
Três ontontem nem te conto na carreira no povoado
Ganhei quatrocentos contos nas patas do meu tostado
Em pingo da minha marca nunca perdi uma parada
Pois sobra no meu potreiro pasto verde e boa aguada
Aventura é uma quimera e o sonho é livre pra o pobre
Quem sabe com a primavera surja a changa e sobra uns cobres
Enquanto a sorte se esquiva me resta viver de encanto
Total só gasto a saliva na arte de queimar campo
Campo de grabación
Vendí una punta de ganado a las bandas de Itaaqui
Compré diez bloques de campo en la costa de Toropi
Una atropila de zainos para acortar las distancias
Que se aferran al tirano de recurrir a las estancias
Para tres vestidos de encaje que di como regalo
Ya están fuera de moda Voy a tener que pasar la venta
Ya que tengo la mano en la masa, cruzaré Manuelito
Compra esa petición que prometí el piazito
No te asusta, amigo, si escupido esta porquería
Si de por vida me río con la corriente en
Lo que está lejos y quemo el campo a voluntad
Para aquellos que malgastan la humildad nunca consiguen suficiente
Tres ontontem ni siquiera te hablan de mi carrera en el pueblo
Gané cuatrocientos dólares en las patas de mi brindis
En la pizca de mi marca nunca me perdí una parada
Porque queda en mi pasto verde poni y buen agua
La aventura es una quimera y el sueño es gratis para los pobres
Tal vez con la primavera llegue el changa y unos cuantos policías quedarán
Mientras la suerte me deja vivir en el encanto
Total sólo gastó saliva en el arte de la quema de campo