Havemos de Ir a Viana

El anhelo de un amor en 'Havemos de Ir a Viana'

La canción 'Havemos de Ir a Viana', interpretada por la icónica fadista portuguesa Amália Rodrigues, es una pieza que evoca la nostalgia y el deseo de un amor que parece estar marcado tanto por la esperanza como por la resignación. La letra sugiere un viaje a Viana, que puede ser interpretado tanto literal como metafóricamente, representando un lugar de encuentro o un objetivo en la relación amorosa.

El uso de imágenes como 'sombras misteriosas' y 'estrelas' añade un tono de misterio y destino a la relación. La mención de 'trocar nossas rosas / Para depois esquecê-las' podría simbolizar el intercambio de promesas o afectos que, con el tiempo, se desvanecen o se olvidan. La repetición de 'Se o meu sangue não me engana' refuerza la idea de un destino ineludible, una atracción que parece estar más allá del control de los amantes.

La referencia a los 'ciganos, verdes ciganos' y la creencia mencionada en la última estrofa, junto con la línea 'Os pecados têm vinte anos / Os remorsos têm oitenta', sugiere una reflexión sobre la juventud y el arrepentimiento en la vejez, lo que podría interpretarse como un llamado a vivir el amor plenamente mientras es posible, antes de que el tiempo traiga remordimiento por lo no vivido. Amália Rodrigues, conocida por su habilidad para transmitir profunda emoción a través del fado, utiliza su voz para dar vida a estos sentimientos de anhelo y reflexión sobre el amor y el paso del tiempo.