Apuesta por el rock n´roll

La rebeldía y el desenfreno de 'Apuesta por el rock n´roll'

La canción 'Apuesta por el rock n´roll' interpretada por Enrique Bunbury, es un himno a la rebeldía y a la vida sin ataduras, característicos del rock. La letra refleja un espíritu indomable y una actitud desafiante ante la vida, donde el protagonista se muestra dispuesto a seguir su propio camino, simbolizado por la frase 'Iré donde quieran mis botas'. La mención de las botas puede interpretarse como una metáfora de la libertad y la autenticidad que a menudo se asocian con la cultura del rock.

El estribillo 'Largémonos, chica hacia el mar / No hay amanecer en esta ciudad' sugiere una huida de la monotonía y la búsqueda de nuevos horizontes, posiblemente una vida más emocionante y menos convencional. La ciudad sin amanecer puede representar un lugar sin esperanza o sin oportunidades de renovación. La canción también aborda la idea de la resistencia y la lucha, como se ve en 'Pero ahora estoy contra las cuerdas / Y no veo ni una forma de salir'. A pesar de las dificultades, el protagonista elige 'apostar fuerte' por lo que cree, incluso si eso significa enfrentar la derrota.

Finalmente, 'Perdí mi apuesta por el rock n´roll' revela una especie de resignación o aceptación de las consecuencias de sus elecciones. A pesar de los altibajos, el compromiso con sus ideales y su pasión por el rock n' roll permanecen inquebrantables, como se evidencia en la línea 'Ya no tiene sentido abandonar'. La canción es un tributo a la perseverancia y la fidelidad a uno mismo, incluso cuando el camino elegido es difícil.